domingo, 17 de junio de 2018

Domina




Hace algunos días, en una charla amena con una amiga sumisa, con la cual después de unas buenas bromas, terminamos  con una pequeña y peculiar disertación sobre el rol Dominante, pero no, no aquel del que normalmente se habla, no la Dominación Masculina,  si no la femenina.

Aquella que hasta el momento no tenía en mente ni había asociado con algunas circunstancias tan visibles que muy poca atención se les da, las cuales después de analizarlo, me surgieron más y más dudas, ¿acaso es un tema tabú, no es mencionable, se teme a hablar de ello, o simplemente nos cegamos por respeto o miedo al que dirán, o quizá, el miedo a que nos deje mal parados y con más enemigos de los que hasta el momento tenemos?

Pues bien, en uno de mis tantos momentos de ocio, me di a la tarea de investigar un tanto sobre el cómo es que una damita bella y esbelta llega a ser Dominante, encontrando en mi primer y única búsqueda algo tan absurdo llamado “como actuar como una Dominatrix en 17 pasos”, pero que mierda!  Desearía encontrar algo similar para ejercer mi rol con esa tan fácil manera de aprenderlo.

Caras vemos, perversiones no sabemos!

Aunque yo citaría, caras vemos, trastornos mentales ni meternos, y por qué no? Definitivamente no, simplemente porque no, nunca se nos ha dado el plantearnos que muchas de las nuevas Dominantes, llegan a la escena por encontrar a quien patearle los huevos, sacar sus traumas chaqueteros después de un mal divorcio, buscar un buen proveedor para sus bendiciones, ensañarse con los dominantes de juguete que por ahí abundan y desquitar todo su rencor para tratarlos como una vil basura (que casi ni se da), sumisas intolerables que después de una fallida relación llegan acá sin saber ni mierda del asunto, pero con la finalidad de estar del otro lado de la fusta y con ello desquitar sus pendejaditas que sufrió en el pasado.

Y así podría continuar mencionando las preguntas y respuestas que tengo atoradas en el filtro cerebro/boca, que por lo regular termino vomitando, al contrario de dejarlas en donde están.

Porque también hay buenas FemDom, de las cuales las “nuevitas” se les cuelgan como chango en su mecate, (esto me recordó a las sumisas que hasta “madrinas” se buscan para aprender, pues si no son XV años!) para tener conocimiento al respecto,  llegar a ser como ellas o incluso imitarlas como una copia falsa similares a las que venden en Santo Domingo.

Por desgracia esto sigue pasando y es tan nula la atención que se le presta, que terminamos intoxicados por todos lados, aclaro que esto no es algo que se dé a diario, ni todas las buenas Dominas hayan pasado por este lapsus brutus o pendejismo estrepitoso que para mí es mejor nombrarlo de tal forma.

Pero no todo está perdido, aún hay miles de formas de brincar el charquito, todo tiene solución si se tienen las ganas de aprender, crecer, vivir y disfrutar de un BDSM sano y libre sin culpas, podría sugerir que se conozcan las bases sólidas de lo que es una FemDom, asistir a cursos y talleres, no de cocina ni tejido, si no talleres en comunidades bedesemeras donde se imparta el tema, pero claro, tampoco vayan a los que han convertido este estilo de vida en una tiendita del oxxo, que para eso, mejor me chuto los 17 pasos para ser una Dominatrix.

Ya de perdida léanse el Manual de la Dominatrix,  de Mistress Dede, donde les explica algo tan básico como el que la dominación femenina es cualquier práctica BDSM en la que la parte dominante es femenina, donde a la mujer dominante se le llama Domina , "Ama" o Dominatrix, dependiendo del contexto o de las preferencias personales. Una dominatrix no tiene necesariamente que dominar a un compañero masculino; puede tener también una mujer sumisa, aunque a esa relación, en inglés, se le llama lezdom, en oposición al femdom.

A como es el sapo es la pedrada dicen por ahí, ya para terminar de escribir las ocurrencias que me llegan a la mente al contrario de estar viendo porno, señoras, de verdad, lo que ustedes tienen de dominas, yo lo tengo de virgen, échenle ganitas que aprender no cuesta mucho, querer es poder, y poder es crecer.

Saluditos desde lo más recóndito de mi ser, y que viva la familia!


Sátiro Demencia

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