domingo, 17 de junio de 2018

Switch

Lo primero que quiero decir es que es muy difícil de eliminar, es solo un punto de vista desde mi perspectiva y en muchos casos por la comunidad, ya que es un tema bastante controvertido.

El rol switch, porque hasta hoy día siguen siendo los grandes incomprendidos del BDSM.

Así que me remontare y tomare un poco de la historia que conozco, por supuesto nada hay escrito como para corroborarlo, pero es hasta el momento en que poco o mucho que he ido aprendiendo (y sigo) en el camino.

El sadismo, el masoquismo, la dominación, la sumisión existieran, el síndico incluso antes de que el Shibari fuera un refinado arte japonés de tortura. Mucho antes de todo esto ya se practicaba el sexo "alternativo" o no convencional, personas que se identificaban con las prácticas (que hoy se engloba en este acrónimo), que las disfrutaban y las vivían a su manera. Esto hace muy difícil ponerle "fechas" a la historia del BDSM, debido a dos razones:

1- porque engloba prácticas dispares

2- Porque el sexo tiene sus diferencias en la práctica desde el nacimiento de la humanidad.

Vieja guardia:

El BDSM estuvo estrictamente ligado a la comunidad homosexual masculina, dejando fuera a los heterosexuales y a las homosexuales femeninas, era un mundo exclusivo de hombres gay y permaneció así de cerrado durante años. Incluso no se permite la participación de los homosexuales cambiar, pues no se los consideraba "puros". Por esta estrecha relación entre el mundo homosexual masculino es que se acuña para el BDSM los términos "activo" y "pasivo" en las prácticas, no importan si ellos son D / s o no, siempre se clasifica a sus prácticas con estos términos. Cabe aclarar que en estas prácticas no existe la necesidad de una relación "estable" entre sus practicantes y mucho menos el concepto de involucrarse sentimentalmente con su pareja, aunque muchas parejas lo practicaban asiduamente.

Esta rama del BDSM contaba con su propio protocolo, normas completamente estructuradas, así como también estrictas. Eran reglas que debían acatarse sin protesta para mantener un orden en la comunidad, pero que dejaban más "protestantes" que practicantes.

Son por muchos considerados la "rama dura" del BDSM.

Nueva guardia:

Todos aquellos que no estaban incluidos en el BDSM establecieron por la Vieja Guardia, quienes fueron rechazados por sus normativas "comunitarias" y que necesitaban un espacio que los albergara a pesar de que los fundadores del BDSM pensaban sobre ellos. Este movimiento nace a principios de los 80 en grupos específicos dentro de la comunidad, un punto de inflexión para producir el grupo Samois en EE.UU (una agrupación lésbica) que contaba entre sus miembros y practicantes del BDSM en una forma más "aggiornada" . En este momento se presenta la lucha más encarnada que ha tenido nuestra comunidad, por un lado los de la Vieja Guardia atacando a estos nuevos "advenedizos" en su forma de vida y por otro el movimiento feminista que está en todo su esplendor.

Los ataques del movimiento feminista fueron quizás más públicos, defenestraban al BDSM por considerar un ataque del machismo más puro.

Es recién a principios de los 90 que la Nueva Guardia toma su forma definitiva, aceptando entre sus "lides" a los heterosexuales y al colectivo lésbico, ampliándose más tarde a todo el colectivo LGBT. En esta "nueva rama" se acepta el rol cambiar y se plantean las bases de lo que luego será el SSC (que adquiere su notoriedad a mediados de los 90, erradicando del BDSM la exclusividad del Metaconsenso o CCC), aceptando también los rasgos psicológicos del BDSM, interesándose más por la sensibilidad de sus prácticas, incluyendo relaciones estables o amorosas, conociendo y difundiendo la dominación mental como una dominación más perfecta o acabada dentro de las relaciones D / s, la diferenciación entre relaciones D / sy SM y la participación activa de la mujer en cualquiera de sus roles (si, he aquí el nacimiento del FemDom).

Los protocolos en esta rama son mucho más flexibles, más adaptables a cada relación y, aunque consideramos que todos los protocolos son necesarios, los que están en un ámbito más íntimo y no como algo obligatorio en las reuniones sociales.

Ahora dentro de la Guardia Nueva encuentro una división, la Vieja Escuela y la Nueva Escuela.

Desde mi punto de vista la vieja escuela es la creadora del BDSM, el grupo de personas que a través de los años fueron formando para las prácticas Sensatas, Seguras y Consensuadas, creó un protocolo base para las actividades y la interacción D / s, una playlist, un aftercare, etc.

En los años que llevan formándose el BDSM han pasado médicos, abogados, jueces, psicólogos, psiquiatras y la infinidad de profesionales que formaron parte de este estilo de vida y aportaron su granito de arena para que esto tomara forma y fuera lo maravilloso que es Pues bien, hasta aquí podemos comprender como "evoluciono" la Nueva Guardia, y tener por qué en claro que solo 3 roles, existir, existir y ser así venga que venga a decir que hay muchos más papeles de los ya citados, y estos son Dominante, sumiso, interruptor.

La nueva escuela de las nuevas generaciones, la antítesis de la vieja escuela, la práctica del BDSM, realizada por "intuitivos" que desconocen la trayectoria de otros e ignoran las "viejas" prácticas y costumbres, y tratan de "redefinir" el BDSM.

¿Y porque diantres los ambivalentes siguen siendo los incomprendidos del BDSM?

Durante el período de los pioneros del BDSM, conocido como el tiempo de la Guardia Vieja, el movimiento se puede rotundamente admitir a los activistas cambiar entre sus miembros, alegando que se trabaja con personas sin criterio y con un uso meramente lúdico del SM, sin el trasfondo filosófico y existencial con el que en ese momento se pretendía dotar al movimiento. Solo posterior, a partir de los años 90 y con la aparición de la Nueva Guardia, los conmutadores son admitidos como miembros plenos de la comunidad BDSM, aunque subsisten en muchas partes de la escena una cierta resistencia a los propios "propiamente BDSM".

En el caso de los activistas que practican el sadomasoquismo, esta resistencia es menor, al igual que en el caso de los practicantes del Shibari. Donde hay más respuestas por parte del BDSM tradicional en el ámbito de las relaciones D / s y específicamente entre la parte sumisa pura de la escena, que a veces no tiene relación con un interruptor dominante como plena.

Esto puede tener que ver con la escala de valores identificativos de las personas que adoptan y El Rol es un papel social. Las personas actúan en diferentes frentes de la vida y adoptamos conductas diferentes en función de dónde y con quién estamos. Así cuando nuestro jefe nos llama al despacho adoptamos un "rol" y cuando bajamos a hablar con nuestros subordinados otro.

Cuando llegamos a casa adoptamos el rol de "conyugue" con nuestra pareja y de "padre" con nuestros hijos. Y si llamamos a nuestra madre para hablar con ella adoptaremos el rol de "hijo" sin problemas. A mi entender el rol interruptor de forma inadecuada, no entiendo su forma de vivir el BDSM, él vio que muchos usaron el interruptor cuando quieren, en la misma función que los que quieren ligar.

Y muchos emigran de un rol sumiso hacia un rol Dominante por razones que nada tienen que ver con el BDSM, y mucho con los aspectos sociales de las relaciones.

En mi opinión, cuando uno practica BDSM desde un rol está realizando una actividad minoritaria pero normal.

Cuando no esté preparado para una personalidad, ¿está listo para cocinar y no está seguro?



Sátiro Demencia





Mala sangre, mala leche o simplemente un mogul del BDSM





Me fascina cuando la gente  da temas para escribir y descargar en letras, la antipatía que tengo para los “Amos y Señores” de la escena, estos que piensan que lo  que hagan/digan/piensen, es la realidad absoluta del BDSM, algo que me caga, laxa, defeca, excrementa, es que afirmen que nadie más puede saber, exponer, crear, crecer, a excepción de ellos.

Es una verdadera mierda toda esa tan nefasta manera de pensar, por cuestiones como tales, es que la comunidad se ha convertido desde años atrás, en un negocio para muchos, recuerden que la vida es un vaivén interminable y tormentoso de sensaciones y emociones y que mantenerse a flote es una tarea compleja, no es algo que merezca ser reseñado por lo evidente que es. Hay quiénes se creen esta perfección sin admitir de ninguna de las maneras que yerra, de manera habitual y de forma sensible.

En esta selva donde pululan todo tipo de personajes, y donde me incluyo y no excluyo mis extravagancias ni mis pendejaditas que para eso son mías, cada vez se incorporan elementos que amplían el mundillo.

Los puristas, los de la llamada old school, reniegan de esta modernidad, de esta inclusión mamporrera y temporal de muchos. A mí eso me parece hasta bien. Se genera el famoso ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro. Para eso están los grupitos, los mismos que se tenían en el instituto y luego migraron a la universidad; para los que fueron.

En el trabajo… Nada es diferente pero el comportamiento es el mismo. El de la alabanza y el desprecio, que actúan como un interruptor, clic, clic, según convenga a nuestras necesidades, deseos u ofensas.

Luego las reputaciones, nada más estúpido, pero bien vestido, que corren de boca en boca, de palabra en palabra, sentando cátedra porque quienes no te conocen, pero afirman sin pudor, que eres íntimo hasta en casi cinco generaciones atrás en tu árbol genealógico. Se me dan mal los nombres, no los recuerdo, imagino el esfuerzo en recordar tanta información inservible. Pero pinta bien, son los nuevos recicladores. Cogen la información, la restauran a su antojo y la ponen a la venta con la esperanza de sembrar nuevos atontados y atontadas que puedan limpiarse la baba mientras predican sus sagradas escrituras.
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Me importa bien poco. Lo ajeno me es indiferente porque no es más que un punto de vista. Y yo ya tengo el mío. Las normas, son mías. Las enseño, las explico, las comulgo y luego, las aplico, a rajatabla sin importar lo que eso conlleva en el entorno, solo en la piel y en la mente. Legajos tirados en el suelo que tienen ínfimo valor, todo lo contrario que las extremidades anudadas a mis deseos.

A veces grito, escupo y las obscenidades no son bondad, son varapalos que rompen tímpanos y capilares.

Creo que debemos tener en cuenta que cada uno de nosotros percibe el mundo e interactúa con él de un modo distinto. Esto no es malo, es lo que nos hace seres humanos. Sobre cada tema que encontramos normalmente definimos una postura, que va a variar de intensidad dependiendo de cuánto nos importe o nos chupe un huevo tal cuestión. Cuánto más central para nuestras vidas que sea ese tema, menos vamos a admitir que otras miradas sean válidas. Esto vale para el fútbol, la política, la música o el BDSM.
Tendemos a vernos a nosotros mismos como seres racionales, lógicos, que tienen todos los elementos de juicio para discernir entre una cosa y la otra, y lógicamente el que no comparte nuestra visión lo queremos meter en la categoría de “pseudo”, “burro”, “criminal”, “charlatan” o el epíteto que prefieran. Y cuando caemos en esa, ya no hay diálogo posible. No existe el verdadero compañerismo para crecer y aprender de la mano de otros. No hay un intercambio de ideas y caemos en la descalificación y el agravio.
El tema está en que cuando le endilgamos al otro la categoría de ignorante o malvado, esas otras personas piensan exactamente lo mismo, pero invirtiendo las cualidades; son ellos los pensantes y nosotros los equivocados.
¿Cómo salimos de esta situación que nos impide tratar de entender qué le pasa a esa otra persona que tenemos enfrente y ve estos temas de un modo tan distinto a nosotros? ¿Qué tiene de malo, y qué de bueno, tratar de escuchar al otro para ver qué tiene para decir?
Lo que digo es que estaría bueno tratar de encontrar la forma de conectar con otros. En conversaciones con alguien, puede ayudar que practiquemos disentir con amabilidad. Ser amable no implica obligarnos a acordar con el otro y ceder. Tampoco quiere decir que tengamos que callar nuestra postura para que no se ofenda o para evitar que el otro hable pestes de nosotros.
En relación con los hechos de la realidad, si algunos creemos que un objeto es rojo y otros creen que es verde, hay varias posibilidades. Puede que todos estemos equivocados y que el objeto tenga otro color, puede que nosotros tengamos razón y los otros estén equivocados, o al revés (ellos tienen razón y nosotros no). Incluso puede ser que el objeto sea rojo-verdoso. Pero si no logramos ponernos de acuerdo en cómo es ese hecho de la realidad, ser amable con el otro no implica buscar un punto medio entre nuestras posturas y decir, sólo para no estar en desacuerdo, que el objeto es rojo-verdoso y que así se vuelva irrelevante cuál es el color real. Debemos aceptar que, cuando se trata de hechos, posiblemente algunos estemos equivocados y otros no, y es en estos casos en los que disentir amablemente y argumentar deberían ser parte de nuestra conversación.
Busquemos cómo conversar con personas que piensan distinto o están expuestas a información diferente de la nuestra.
Ser amable sí implica respeto, y una muestra de respeto es, justamente, poder exponer la postura propia y fundamentarla sin extremismos, y escuchar con atención la postura del otro y sus argumentos, incluso si consideramos que nunca podremos ponernos de acuerdo.

Sátiro Demencia

Gaslighting





La expresión fue popularizada por la película estadounidense de 1944 Gaslight, titulada en español Luz que agoniza.

La situación de acoso representada en Luz que agoniza ("Luz de Gas") se va desarrollando de manera progresiva, según una pauta tan real como la vida misma, que es lo que hace que la película sea tan convincente e impactante.

Los pasos seguidos por Gregory, en un orden escalofriantemente calculado, son sumamente eficaces y pueden producir prácticamente en cualquier persona las mismas reacciones que en Paula, a menos que la víctima se dé cuenta a tiempo.

Ésta es la estrategia que sigue Charles Boyer para volver loca a Ingrid Bergman:

1) Establece con ella una relación privilegiada, enamorándola con seductoras atenciones y casándose con ella.
2) Limita su vida social, confinándola en casa y evitando visitas, para aislarla de otras influencias.
3) Manipula su realidad, introduciendo circunstancias anómalas, como reducir el suministro de gas para que las luces parpadeen y agonicen , producir extraños ruidos, hacer desaparecer un preciado broche y otros objetos, etc..
4) Invalida su percepción, convenciendo a Paula de que sus sentidos la engañan, cuando en realidad ella percibe los extraños acontecimientos correctamente.
5) Introduce soterradamente la duda sobre todos sus actos y procesos mentales, llevándola poco a poco a cuestionarse seriamente su cordura.
6) Aprovecha los arrebatos y las crisis de nervios que ocasionalmente sufre Paula-Ingrid para cargarse de razón, ocultando que, en realidad, ella está sucumbiendo al estrés de la situación que él ha creado.
7) En la película, la secuencia es interrumpida antes de llegar al paso séptimo, deshacerse de la víctima, gracias a la oportuna intervención del detective de Scotland Yard.
Incluso en este detalle final conserva Luz que agoniza su realismo, al ilustrar que, una vez puesta en marcha la relación de acoso, es difícil que la víctima pueda salir de ella por sí misma, siendo necesaria una enérgica intervención externa para salvarla.

Cuando hablamos de "Luz de gas" o gaslighting, hablamos de persuasión coercitiva, lavado de cerebro y de violencia psicológica. Hacer "luz de gas" consiste en conseguir que alguien dude de sus sentidos, de su razón y hasta de los hechos que presencia. Se trata de un eficaz método de acoso que manipula emocionalmente a la víctima para anular su voluntad.

"Luz de gas" es una forma de manipulación muy común y utilizable cuando se inician pláticas entre Dominante/sumisa, poco perceptible para quienes no están familiarizados con ello.

Es importante conocer esta tipo de manipulación ya que si no es empleada con la suficiente información y tacto, puede ser causante de daño psicológico y emocional que podría ser devastador.

Tendemos a pensar en los manipuladores como villanos o monstruos, incapaces de pensar que la gente que queremos y que nos quiere puede hacer a veces cosas semejantes.  En algunas ocasiones la gente nos quiere, pero nos quiere muy mal, y por eso, a veces es la propia sociedad quien no nos enseña a revelarnos contra estos comportamientos de nuestros seres queridos. En las personas que puede hacernos Luz de gas subyacen creencias de crecimiento mutuo, que piensan que entre las personas pueden establecerse relaciones de posesión y exclusividad, que las percepciones y juicios de los demás pueden cambiarse a voluntad, y no permiten intercambio de opiniones.

La dependencia hacia el manipulador, por el contrario, es cada vez mayorÉste invalida sus percepciones y sus sentimientos constantemente, incluso en situaciones cotidianas, cuestionando su forma racional de pensar y aduciendo a alguna característica que denomina “enferma”, desaconsejando el contacto social e imponiéndose a sí mismo como agente que vela por su salud. De esta manera la dinámica no se rompe y se perpetúa mientras que las relaciones más cercanas a la víctima lo desconocen totalmente.

En no pocas ocasiones, el propio entorno de la sumisa no percibe que esta situación sea un “juego” de consenso. Un escenario que empuja a la sumisa a entregarse sin límites en sí misma, a repetirse, y aceptar que no está siendo víctima de un maltrato.

La persona se cuestiona constantemente lo que siente, piensa o dice, y termina por no contárselas a nadie, sintiendo que está perdiendo su cordura.  Su capacidad para la toma de decisiones es cada vez menor, y siente una increíble ansiedad cuando tiene que tomar alguna, delegando al Dominante cualquier tipo de iniciativa.

Para quién sabe persuadir de forma asertiva tiene de entendido que se trata de un eficacísimo método para manipular a antojo y anular voluntades, para hacerse dueño de la víctima y convertirla en su esclava.
Para quien es la primera vez que lee sobre esto, de entendido tendrá desde este momento, que mucho de lo que es conocido como Dominación Mental no trata de un juego, sino de una forma más de manipulación empleado para la seducción del rol inferior

Al final solo quiero aclarar que no se trata de poner en duda la manera en que ejerce el Dominante, soy un fiel creyente de que cada uno tiene el derecho a una relación sana, libre y satisfactoria, donde las personas se quieran bien y la aportación de cada uno sea valorada, respetada y disfrutada.


Sátiro Demencia


Domina




Hace algunos días, en una charla amena con una amiga sumisa, con la cual después de unas buenas bromas, terminamos  con una pequeña y peculiar disertación sobre el rol Dominante, pero no, no aquel del que normalmente se habla, no la Dominación Masculina,  si no la femenina.

Aquella que hasta el momento no tenía en mente ni había asociado con algunas circunstancias tan visibles que muy poca atención se les da, las cuales después de analizarlo, me surgieron más y más dudas, ¿acaso es un tema tabú, no es mencionable, se teme a hablar de ello, o simplemente nos cegamos por respeto o miedo al que dirán, o quizá, el miedo a que nos deje mal parados y con más enemigos de los que hasta el momento tenemos?

Pues bien, en uno de mis tantos momentos de ocio, me di a la tarea de investigar un tanto sobre el cómo es que una damita bella y esbelta llega a ser Dominante, encontrando en mi primer y única búsqueda algo tan absurdo llamado “como actuar como una Dominatrix en 17 pasos”, pero que mierda!  Desearía encontrar algo similar para ejercer mi rol con esa tan fácil manera de aprenderlo.

Caras vemos, perversiones no sabemos!

Aunque yo citaría, caras vemos, trastornos mentales ni meternos, y por qué no? Definitivamente no, simplemente porque no, nunca se nos ha dado el plantearnos que muchas de las nuevas Dominantes, llegan a la escena por encontrar a quien patearle los huevos, sacar sus traumas chaqueteros después de un mal divorcio, buscar un buen proveedor para sus bendiciones, ensañarse con los dominantes de juguete que por ahí abundan y desquitar todo su rencor para tratarlos como una vil basura (que casi ni se da), sumisas intolerables que después de una fallida relación llegan acá sin saber ni mierda del asunto, pero con la finalidad de estar del otro lado de la fusta y con ello desquitar sus pendejaditas que sufrió en el pasado.

Y así podría continuar mencionando las preguntas y respuestas que tengo atoradas en el filtro cerebro/boca, que por lo regular termino vomitando, al contrario de dejarlas en donde están.

Porque también hay buenas FemDom, de las cuales las “nuevitas” se les cuelgan como chango en su mecate, (esto me recordó a las sumisas que hasta “madrinas” se buscan para aprender, pues si no son XV años!) para tener conocimiento al respecto,  llegar a ser como ellas o incluso imitarlas como una copia falsa similares a las que venden en Santo Domingo.

Por desgracia esto sigue pasando y es tan nula la atención que se le presta, que terminamos intoxicados por todos lados, aclaro que esto no es algo que se dé a diario, ni todas las buenas Dominas hayan pasado por este lapsus brutus o pendejismo estrepitoso que para mí es mejor nombrarlo de tal forma.

Pero no todo está perdido, aún hay miles de formas de brincar el charquito, todo tiene solución si se tienen las ganas de aprender, crecer, vivir y disfrutar de un BDSM sano y libre sin culpas, podría sugerir que se conozcan las bases sólidas de lo que es una FemDom, asistir a cursos y talleres, no de cocina ni tejido, si no talleres en comunidades bedesemeras donde se imparta el tema, pero claro, tampoco vayan a los que han convertido este estilo de vida en una tiendita del oxxo, que para eso, mejor me chuto los 17 pasos para ser una Dominatrix.

Ya de perdida léanse el Manual de la Dominatrix,  de Mistress Dede, donde les explica algo tan básico como el que la dominación femenina es cualquier práctica BDSM en la que la parte dominante es femenina, donde a la mujer dominante se le llama Domina , "Ama" o Dominatrix, dependiendo del contexto o de las preferencias personales. Una dominatrix no tiene necesariamente que dominar a un compañero masculino; puede tener también una mujer sumisa, aunque a esa relación, en inglés, se le llama lezdom, en oposición al femdom.

A como es el sapo es la pedrada dicen por ahí, ya para terminar de escribir las ocurrencias que me llegan a la mente al contrario de estar viendo porno, señoras, de verdad, lo que ustedes tienen de dominas, yo lo tengo de virgen, échenle ganitas que aprender no cuesta mucho, querer es poder, y poder es crecer.

Saluditos desde lo más recóndito de mi ser, y que viva la familia!


Sátiro Demencia