martes, 16 de febrero de 2016

Sádico o maltratador violento

El carácter sádico de un individuo corresponde a un perfil psicológico que siente placer al causar sufrimiento físico o moral a los demás.
El sadismo en la sexualidad, la excitación erótica se logra al infligir dolor o humillación a la pareja. La personalidad sádica en general, tiende en mantener una relación de dominación hacia el otro.

Una mayoría de maltratadores no son delincuentes o no tienen antecedentes penales; son más bien personas encantadoras con cierto carisma superficial, son estafadores, farsantes pero gracias a su habilidad de manipulación no se han delatado.

La relación entre maltrato y sadismo consensuado es relativamente diferente.

Cuando el maltratador es un psicópata, gracias a su inteligencia normal o incluso por encima de la media, puede manipular y explotar a la víctima de forma que el abuso físico y/o psicológico pase desapercibido para los demás e incluso para la persona maltratada que puede sentirse confundida en una especie de síndrome de Estocolmo como el que se da en personas secuestradas.

En una primera fase de contacto, la víctima se considera afortunada ante los encantos y atenciones del maltratador y no se percata de los rasgos más peligrosos sencillamente porque los ocultó bajo una máscara de persona normal o incluso humanitaria; sólo cuando éste ya se siente con el control, muestra su verdadero rostro.

Al principio, no suele haber agresiones físicas, y sí maltrato psicológico en forma de humillaciones, descalificaciones o insultos, desprecio… todo destinado a la Dominación y control absoluto de la víctima, ya que necesitan sentirse ganadores, con poder sobre las personas a las que en realidad considera objetos para utilizar en su beneficio, por lo que si consigue la obediencia de alguien de forma no violenta, no suele arriesgarse a mostrarse con toda la crueldad de la que es capaz.

Entre los rasgos de personalidad o patologías presentes con más frecuencia en maltratadores encontramos; Trastorno narcisista de la personalidad (grandiosidad, necesidad de admiración, tendencia a la explotación de los demás y falta de empatía)

La mayoría de las personas desconocen los rasgos que caracterizan a un maltratador es por lo que resulta más fácil dejarse embaucar por ellos. Hay que tener en cuenta que aunque no siempre sean extremadamente inteligentes, sí tienen una habilidad especial para intuir las debilidades y necesidades de los demás y explotarlas a su favor.

Es la capacidad de defender nuestros derechos, de decir no y poner límites, de expresar nuestras necesidades y deseos. Cuanto menos la ejercitemos, más se debilita y más cuesta hacernos respetar, pero también es cierto que cuanto más se practica más fácil resulta aplicarla.

Al igual que los depredadores los maltratadores escogen sus víctimas por su vulnerabilidad; cuanto más aisladas o menos integradas en un grupo, más susceptibles son de caer en sus garras.

Los maltratadores violentos tienen algún tipo de trastorno de personalidad. El maltratador violento se maneja en forma general a través de actitudes de manipulación y control. Bajo de toda esa fuerza hay un ser frágil, que se vive asimismo como desvalido y fracasado y así experimenta cualquier desafío que viene de su pareja como un aniquilamiento personal.

Su aspiración es llegar a controlarla totalmente, incluso lo que ella siente y piensa. Es cosificada, sin posibilidad de autonomía y se paraliza con solo pensar que es lo que puede llegar a provocar la ira del violento

Se puede ver al maltratador violento en una relación muy dependiente y simbiótica desde el punto de vista emocional. Necesita a su pareja al lado para sentirse valorizado y más aún, su supervivencia depende del mantenimiento de esta relación.

Se puede apreciar como estos maltratadores cosifican a la pareja como un instrumento dirigido hacia la satisfacción de un deseo sexual propio, es decir, ellos son las personas capaces de mantener innumerables coitos para hacer "gozar" a un gran número de mujeres, sintiéndolas como verdaderos objetos sexuales.

Estos hombres tienen una confusión muy grande entre lo que es el amor, el deseo sexual y el poder, así y dejando el amor de lado (en general lo dejan) el sexo es utilizado como poder. En realidad, cada conquista es vivida como el triunfo ganado en la batalla. El poderoso triunfa, el débil se somete.

Pues para ser un maltratador es necesario ser: fuerte, no expresar sus emociones, tener el control, ser agresivo.

Es en la relación D/s donde encuentran el sustento emocional y el abrazo que necesitan para vivir, ya que por ser "machos" no les está permitido pedirlo en forma explícita. Allí es donde son tratados con afecto y amor. Es en ésa búsqueda constante donde aparecen las múltiples parejas.

Ven al sub como "objeto pasivo" que acepta lo que el Dominante les dice, la desvaloriza tanto que hasta llegan a decir que " no tienen cerebro".

El maltratador sabe perfectamente qué hacer y cómo actuar. Y antes del maltrato físico empieza con un maltrato psicológico que entre otras cosas tiene como objetivos destruirle la autoestima, consumir su voluntad y aislarla. De modo que cuando comienza el auténtico infierno, la pobre víctima está completamente convencida de que toda la violencia que recibe es culpa suya, así que admite el castigo e intenta arreglar sus errores para el futuro en la relación.

Como recomendación al leer esto, si crees que puedas estar con un maltratador violento, ocupando el lugar de un Sádico, tus sesiones deberán tener un tiempo de comienzo y de finalización estricto, es una forma de poner límites.

El lugar deberá ser adecuado, que invite a la relajación, a la generación de confianza, a la intimidad y el resguardo pero con las características de un lugar donde el intercambio de poder no vaya más al maltrato.

Átate lo menos posible a él en cuanto veas salir su verdadero yo, no te aísles y sobre todo abre los ojos y estudia su comportamiento. Si el maltrato va mas alla de un juego, no lo pienses mas... Alejate inmediatamente®

“El sabio puede sentarse en un hormiguero; pero sólo el necio se queda sentado en él”. (Proverbio chino)

Sátiro Demencia

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