domingo, 4 de octubre de 2015

Camille


Lunes 2 de abril de 2010:
Eran ya las 12 del día y aun no tenía noticias de ella, después de esa charla intensa en el chat quede totalmente excitado, ansioso, esperando que llegue la hora para verla, estoy una vez más frente al pc en espera de noticias, abro por milésima ocasión el email y la bandeja de entrada  está vacía, donde estás? Tantas fantasías devoran mi mente, los nervios hacen estragos de mí y no puede ser posible que me suceda esto en cada encuentro con ella, he de confesar que a pesar de que me considero un hombre con bastante experiencia, me siento como un puberto que tendrá sexo por primera vez, maldita sea simplemente no puedo, no entiendo, no es que no sea hermosa, es que la necesito, es que no es posible; Creo que ni siquiera la quiero, solamente la uso y ya. Podría dejarla tirada con las piernas abiertas, pero…ni siquiera sé porque me desequilibra tanto, acaso se ha vuelto mi necesidad? Pero que es lo que en realidad necesito? acostarme con alguien al menos una vez a la semana o tocarme unas tres veces al día? No quiero que ella se de cuenta de lo que me sucede, y no tengo forma de ocultarlo. Ella… que demonios sucede? ¿Sabrá lo que es sentirse insatisfecho todo el tiempo? ¿Querer más y más, sin poder parar? Un correo por fin! dice que hoy no podrá verme. Sabe que la castigaré, que lo merece, pero aun así me dejó sin sexo por una noche. El solo pensarlo me sofoca. A veces pienso que solamente la utilizo, pero en realidad es ella quien me utiliza a mí, ¿no es verdad? Así es este mundo. Yo quiero placer y ella también, o es algo más que no quiero saber a pesar de sentirlo... Un correo más, maldita sea! solo era una broma, solo juega conmigo y yo aquí como imbécil divagando entre nubes de opio y algodón. Son casi las 9 ya y es hora de prepararme, algunos juguetes al asiento trasero, estoy que me quemo de tanto ardor en el cuerpo. Ahora a cruzar toda la ciudad con su calles iluminadas por doquier y esa inactividad que huele a gloria, es un sábado como cualquier otro, todo mundo busca olvidarse del hastío de su vida, de sus problemas, buscando huir de esta urbe, algunos minutos manejando, ansioso pero con la fortuna de no encontrarse con alguna dificultad, ya estoy aquí en el restaurante donde ocasionalmente nos vemos, aquí viene, ya la veo entrar por el cristal que da a la calle, es un lugar demasiado discreto, algunas velas en las mesas, para dar ese toque galante,  mujeres con vestidos largos y hombres en traje, y ahí esta ataviada en un vestido negro sumamente ajustado que le llegaba hasta la pantorrilla, sin ropa interior como es costumbre, era la décima vez que nos veíamos y aunque nos conocíamos desde hace años, apenas hace unos meses nos habíamos dado cuenta de lo mucho que teníamos en común, ya conocía del tema, sabía cómo funcionaba y comprendía lo que yo quería. Buenas noches Camille mi pequeña sumisa, Buenas noches “amito” me respondió sonriendo, me he adelantado, Ya he pedido la cena. De acuerdo, aún estaba sonriendo cuando hizo ese gesto tan sexy que me fascina. Una sonrisa de lado y de inmediato el brillo en sus ojos que me decían que tenía algo pensado, un aperitivo “amito”? Odio cuando me llama de esa manera y lo sabe perfectamente, por supuesto Camille, entonces observando a las otras mesas esperando a que nadie la viera, se desliza debajo de la mesa, bajo el zíper y empezó con el baboseo, al primer contacto con su boca ya tenía los ojos cerrados y la respiración acelerada, de pronto unos pasos de tras de mi hicieron que me pusiera nervioso, alguien lo ha notado? pregunto- No, solo el mesero sirviendo a los demás comensales, nada que no pudiera ser más excitante que ser descubiertos, mis manos estaban recargadas sobre la mesa y la piel totalmente erizada, uff no pasaron más de 3 o 4 minutos y ya me había corrido dentro de su boca, todo termino bien, continuamos charlando por unas horas, hasta entonces planeando a donde ir, vamos al próximo motel de paso, Bien lo que tu órdenes. Salimos de ahí y nos enfilamos a buscar donde pasar la noche, cosa que no fue muy difícil.
Subíamos las escaleras cuando sentí sus labios de sorpresa, un beso apasionado de esos que traen perversidad en ellos; Entramos a la habitación y entonces ahí no era más el ser tímido que se pierde entre multitudes, simplemente Yo hiriente, ferviente, el espécimen Dominante, hedonista e inconformista! La mire fijamente y le dije: Quédate inmóvil Camille, quiero verte solamente, sin decir una palabra se dispuso a obedecer sin siquiera pensarlo, con la mirada y cabeza baja se limitó a esperar mi próxima orden, después de unos minutos le ordene que se quitara el vestido, un espectáculo de sensualidad al quedar completamente desnuda. Arrodíllate sentada sobre tus pies, las piernas abiertas, los brazos a la altura de la cabeza y las palmas expuestas, solo el silencio predominaba, porque juegas conmigo? Porque me desobedeces? solo levanto la cabeza y con esa mirada de complicidad me dio la pauta para continuar, salí de la habitación dejándola ahí inmóvil, fui al automóvil,  tome las cosas que horas antes había preparado para la sesión, regrese a los pocos minutos y ella seguía ahí, mirando al piso y sin decir una palabra tome la fusta, la coloque en sus manos, entonces pregunte: esto es lo que quieres? Si mi Señor, mi Dueño, Amo de mis sueños y tempestades, soy todo lo que Usted desee, Su perra, Su esclava, Su puta, haga de mi lo que Usted quiera. Eres tan de Mí, como Yo de ti Camille! Me senté en la cama con la fusta en mano, encendí un cigarrillo mientras la miraba, Ven aquí! Como gata en celo se dirigió hacia mí en 4 patas, bajo sus brazos al piso en señal de humildad, me levante aproximándome a su trasero y azote dos veces cada nalga sin escuchar un solo quejido de su boca, perfecto! Levántate y pon la cabeza sobre la cama con la manos atrás, abre las piernas, me arrodille y empecé a morder los glúteos, besar las piernas, mi boca y lengua metidas en su entrepierna hurgando cada rincón de su ser, no deje un solo centímetro sin saborear, estaba húmeda y lista para ser penetrada pero aun no era la hora de tener ese placer, tome las esposas que había traído conmigo, las coloque en sus muñecas, le di la vuelta y acosté sobre la cama con las piernas en el piso, saque una cuerda y empecé a atarle las piernas de manera que quedaran levantadas, unidas al cuello para evitar que en algún momento las cerrara o bajara, tome 4 pinzas y coloque una a una en los labios vaginales, con una cinta las adherí a sus piernas para que estuviera completamente expuesta, metía uno, dos, tres dedos en la vagina mientras con el dedo meñique estimulaba su ano, los gemidos empezaban ya y estaba completamente húmeda, entre las cosas que había traído un racimo de uvas me había dado una idea, tome algunas y poco a poco las fui metiendo en el ano, mientras las humedecía en mi boca y con la lengua la estimulaba, una tarea nada sencilla pero excitante, tome la cera y con un goteo fino lo Vertí sobre sus senos, Mas Señor, Mas! Saque un preservativo de mi bolsillo, la penetre sin tacto alguno, la tome del cabello y jalaba en cada embestida, no quería correrme pronto, me salí cuando estaba a punto, desate las piernas y quite las esposas, sin aviso previo arranque las pinzas de su vagina, Ponte en 4 Camille, ahora defeca las uvas, no fue nada fácil que salieran completas y afortunadamente la cena había sido ligera así que no habría algún accidente desagradable, una vez que estuvieron fuera hice que las tragara del piso. Levántate y pon las manos sobre la pared, tome el flogger y azote sus nalgas con firmeza, estaban ya enrojecidas después de algunas series, entonces la penetre nuevamente esta vez sin detenerme cuando me corría, escuchaba sus gemidos y con la voz entrecortada un te amo. La madrugada se avecinaba, fuimos a la regadera juntos y me di la labor de bañarla y tratarla como la piedra más valiosa entre mis manos, salimos a la habitación, entre abrazos, lágrimas, besos, caricias, lamí cada una de sus heridas, las marcas en su piel y nos fundimos en un solo ser. La noche nos cobijó como 2 amantes que no desean que jamás termine, como la luna y el sol en un eclipse, como el aire y el éter al estar y quedar inerte en un sueño eterno, como Amo y sumisa que entregan cada parte de vida, de sus fantasías más lascivas, y de mis labios ese sentimiento que no deseaba ser callado jamás…Te quiero Camille!... y yo a usted mi Señor...

Sátiro Demencia

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