miércoles, 4 de enero de 2017

Identidad


Que es la identidad?

La identidad es aquello que nos diferencia del resto, la identidad sirve para definirnos claramente sin tener que dar muchas explicaciones, cuando uno dice su profesión o su edad por ejemplo.

Identidad es la respuesta a las preguntas quién soy, qué soy, de dónde vengo, hacia dónde voy. Pero el  concepto de identidad apunta también  a qué quiero ser. 

La identidad depende del autoconocimiento: ¿quién soy, qué soy, de dónde vengo?; de la autoestima: ¿me quiero mucho, poquito o nada?; y de la autoeficacia: ¿sé gestionar hacia dónde voy, quiero ser y evaluar cómo van los resultados?

El ojo interno de la mente crea la identidad con la información que proviene de la experiencia en un proceso que dura toda la vida. “Conócete a ti mismo y conocerás el Universo”, la mente refuerza la identidad interconectando experiencia, vocación y filosofía de vida.

Para afirmar la identidad la educación debe sacar de adentro el potencial que traemos al nacer. El cerebro es una página en blanco a completar con  el saber y la experiencia, que construye su realidad con las limitaciones de su sistema perceptivo.

Descubrimos que pese a los años somos los mismos. Iguales, pero distintos a los demás. La libertad es la capacidad de seleccionar actos conscientes. Pero si mi racionalidad es limitada, cualquier observador puede ver otra realidad. Al elegir la identidad sobre la diferencia, admitimos el pluralismo y el principio de relatividad.

Construir identidad consume energías hasta que al final se convierten en el logro. Caer en la falsa identidad es fácil: asumir como propios planes ajenos, eludir el compromiso, como una hoja arrastrada por el viento o cambiar de colores según la ocasión, como el camaleón, diferir la resolución de la crisis produce parálisis por exceso de análisis.

La identidad empieza en la infancia, y  se afirma  en la adolescencia con crisis y compromisos. La crisis termina con la selección de la identidad. El compromiso es involucrarse en actividades compatibles con la elección. 

No conviene volverse adicto a la novedad por sí misma y a la respuesta rápida y superficial. No se logra una identidad fuerte sin cierta estabilidad.

Para que la identidad no sea un sueño y evitar que ocurra lo que dijo Rousseau: el hombre nace libre y sin embargo  por todas partes se lo encuentra encadenado, hay que adquirir una metodología que enseñe a desarrollar el potencial, a conocer y usar la totalidad de los recursos naturales, a dominar los mejores métodos, a elegir los mejores proyectos y modelos,  a convertirnos en  arquitectos diseñadores de nuestro propio destino.

La situación actual requiere que reinventemos nuestra identidad  reinventando nuestras relaciones pensando, diciendo  y haciendo para que  los demás compartan este cambio. El ciberespacio, mundo paralelo a la realidad cotidiana, abre  perspectivas para inventar identidad.

El riesgo es que encontremos personajes sin identidad, que sean manipuladores y egoístas.

Si no se resuelve bien la crisis de identidad se puede aceptar una identidad creada por los padres, los amigos, o la autoridad. La falsa identidad  pone en contradicción actos, pensamientos y emociones, elimina la pasión y rebaja la autoestima.

Esas son personas tóxicas o dañinas que encuentran en el BDSM justificación a sus actos de despotismo, maltrato físico y psíquico. Sin embargo en el BDSM existe una separación que marca la limitación de la entrega voluntaria con la vida cotidiana, por supuesto también limita o imposibilita este maltrato y la anulación de la pareja.

Si bien muchos psicólogos señalan que debe haber un Dominante  y un dominado en la relación para que funcione.

¿Quién domina a quién?
Nadie sabe para quién trabaja, y los psicólogos dicen que funciona siempre y cuando haya uno de cada tipo en la relación. Si el hombre es el dominado, según ellos es lo habitual y lo que se ve en parejas de larga duración. Por otro lado, si ella es la dominada las cosas jamás funcionan.

Dos dominantes son un estira y afloja constante, sin afloje. Y dos dominados no se deciden jamás, simplemente no funciona.

•Dentro del BDSM, la identidad es fundamental, nos dice en qué rol nos encontramos.

El Rol es un papel social. Las personas actuamos en diferentes frentes de la vida y adoptamos conductas diferentes en función de dónde y con quién estamos. El rol es algo funcional y puede ser cambiado sin entrar en contradicción.

Durante el descubrimiento de nuestro rol pasamos por varias fases, en las que experimentamos sentimientos a los que no sabemos darle nombre. Investigando, y con la experiencia de otros nos marcamos como sumisas, Dominantes o switchs.

Se identifican genéricamente dos roles o papeles: Dominantes y sumisas, ambos disfrutan de someter y ser sometido, llevando la iniciativa y el control, o bien siendo controlado. Sin embargo hay personas que les gusta ambos roles, dependiendo del momento o la persona con la que actúa; Se denomina switch.

•Identidad Dominante

Es aquella persona que es capaz de ejercer poder sobre alguien o sobre algo, se le denomina popularmente como Dominante.

La palabra Dominante implica a aquello que sobresale o prevalece sobre el resto, en BDSM se llama Dominante al integrante que desempeña el rol activo.

Generalmente, quien se desempeña como Dominante en cualquier ámbito o nivel lo es porque tiene de su parte un poder que le permite justamente ejercer efectivamente el control sobre lo que realizan otras personas.

Sin embargo no tiene nada que ver con el sexismo ni con los malos tratos machistas que tanto menciona el feminismo.

Las personas Dominantes son aquellas que tienen iniciativa en la acción y tienden a imponer sus ideas en los demás por diferentes caminos que van desde la sugerencia, la incitación, la convicción o la imposición, en función de su grado de Dominancia y de equilibrio emocional.

En la forma que yo lo uso, identidad propia, identidad como Dominante, es un sinónimo de autoestima, de valoración , de confianza en uno mismo, de una personalidad bien definida.


•Identidad sumisa

La sumisión puede definirse como un cúmulo de comportamientos, costumbres y prácticas sexuales donde una persona accede que otro individuo pueda ejercer poder y Dominio sobre este, dentro de un contexto sexual o más genérico, limitado o indefinido en el tiempo.

En algunos casos la persona puede sentir placer o disfrute erótico por el hecho de ser Dominada o Dominante.

La escala de valores de estas mujeres estará sujeta al comportamiento y forma de ser de su pareja. Se ha dado el caso de hombres canallas, abusivos y maltratadores de su pareja, donde la mujer, “obnubilada”, lo consideraba más bien como un “gran hombre”, que si actuaba así era para protegerla, o “demostrar su amor”.

Las exigencias de belleza, cuidado del cuerpo, moda, se atienen al parecer físico, dificultando  establecer vínculos satisfactorios y plenos.

Las personas sumisas son aquellas que se sienten tímidas y apocadas en mayor o menor medida ante los demás y suelen aceptar la dirección de otros frente a la acción.

Si nos centramos en las personalidades sumisas nos daremos cuenta que están siempre en busca de su identidad,de su liberación en una forma lúdica y constructiva.

Naturalmente, para mucha gente el hecho de ser sumisa significa que no se está en la posición de tomar decisiones. Sin embargo, la identidad propia es muy importante a la hora de que una sumisa se forje su personalidad.

•La realidad es que la pareja D/s con identidad se rige por los mismos planteamientos que una pareja normal, deben aceptarse, respetarse y aprender a convivir. Poder resolver sus conflictos civilizadamente, gestionar las dificultades de la vida cotidiana y sobre todo tolerar los defectos y manías del otro.

Todas aquellas relaciones que se enmarcan en este nivel comparten un elemento en común, que es que los participantes construyen de manera voluntaria y partiendo de una situación de consenso relaciones con acentuados traspasos de poderes, en las cuales hay una parte que ejerce el rol Dominante o activo y otra que desempeña una actitud pasiva o sumisa.

Esto viene marcado por los límites pactados entre la parte Dominante y sumisa. Ciertamente es la persona sumisa quien más tiene que perder a nivel físico y emocional, por eso la parte sumisa es quien impone esas limitaciones que la parte Dominante debe aceptar.

Prevea los malentendidos y otros abusos de confianza
Asegúrese de que hay una conversación honesta por ambas partes antes de que se caiga la primera pieza de ropa ya que así se evitarán errores.

Al saber sus límites y necesidades no habrá abuso de confianza.

Definir claramente los límites (incluso si son probados) le ofrece una forma de crear un vínculo de confianza. Si entiende y respeta sus límites, la confianza será mayor. Si define claramente los términos de la relación, se incrementará aún más dicha confianza.

Practicar el BDSM requiere introspección y hace que la persona reflexione sobre sí misma y se plantee cuáles son sus límites, puede ayudar a enfrentarse y experimentar sus más ocultas fantasías.

•De lo que estoy hablando es de un sentido de identidad. Todo está en su sitio y está hecho a su hora.

Es muy importante tener una identidad definida, una identidad definida de manera general y para que sirva de guia.

Un código de honor, con esto hago referencia a todos esos valores que le hacen ver como una persona de valor. por ejemplo, ser sincero, honrado, responsable en determinadas situaciones.
Una confianza y autoestima alta.
Ser consecuente con lo que se dice y se hace. Respetar los ideales ajenos y estar seguro en lo que se cree.

Con todo esto lo que quiero es que se identifique en qué punto está y se cuestione : tengo mi personalidad basada en que? ¿tengo gustos propios o sigo modas? ¿busco aceptación de los demás ?

Porque son muchas las preguntas que puede hacerse; Yo personalmente le aconsejo que haga una lista sobre sus características y fuertes en los diferentes planos. 

Sentirse bien con su identidad puede ser muy relativo, hay muchos factores que pueden influenciar en su estado de ánimo, un factor importante es el manejo de las emociones, por supuesto requiere paciencia, resolución y determinación. Pero si logra una identidad bien definida, a la larga  llevará a unas experiencias más enriquecedoras por ambas partes.

Satiro Demencia

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